El Día de África, una celebración global


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Pablo Arconada. GuinGuimBali
 

Cada 25 de mayo, se conmemora el Día de África, una celebración que invita a reflexionar sobre la situación del continente africano y a rememorar la libertad y la independencia por la que tantos ciudadanos lucharon a lo largo del siglo XX. Esta efeméride, que cumple su 52º aniversario, lejos de celebrarse únicamente en África, se está extendiendo a diferentes países del mundo.

Pero, ¿por qué un 25 de mayo? La elección de esta fecha como aniversario del Día de África se debe a que tal día como hoy, en 1963, los principales líderes africanos se reunieron en Addis Abeba (Etiopía) para formalizar el nacimiento de la Organización para la Unidad Africana (OUA). Esta institución ponía la primera piedra sobre la idea del Panafricanismo, que buscaba una mayor colaboración entre los Estados africanos y cuyo principal objetivo fue la liberación del resto de países que aún seguían sometidos bajo el yugo colonial.

La OUA tuvo un enorme éxito en sus objetivos descolonizadores, si bien su papel unificador se fue perdiendo durante las décadas de 1980-1990 y su inacción fue convenciendo, a muchos de sus integrantes, de la necesidad de reinventarse. De hecho, Marruecos se desentendió de la organización, en 1984, debido a que sus vecinos africanos defendieron la independencia e inclusión del Sáhara Occidental en la institución africana.

Ante este panorama, en 2002, se fundó la Unión Africana (UA), que se convirtió en la heredera de la OUA, con el fin de corregir los errores de su antecesora. Si bien, este cambio en la institución no afectó a la conmemoración del Día de África, que sigue celebrándose cada 25 de mayo.

Por tanto, en el Día de África, que se ha convertido en fiesta nacional en muchos Estados africanos, se conmemoran varios hechos: la unión de los pueblos africanos, su liberación y, además, se celebra la “africanidad”. Esta expresión no solo se refiere a aquellos que viven en el continente, sino a aquellos que consideran que algo les une a África. No es una cuestión de piel, ni de nacionalidad. El Día de África se está convirtiendo en un fenómeno global que incluye a los ciudadanos africanos, a la diáspora y a todas las personas que se sientan parte del universo africano.

Solo así puede explicarse la multiplicación de celebraciones del Día de África gracias, en gran medida, al papel que juega la diáspora en las regiones de Latinoamérica y el Caribe. Pero también en ciudades de Occidente como Washington, Nueva York o Londres, donde se ensalza el papel de África en diversos simposios y conferencias. Del mismo modo, ciudades como Madrid, Dublín o incluso Melbourne, en Australia, acogen diferentes formas de celebrar y festejar el Día de África con conciertos, exposiciones y manifestaciones.

Pero el 25 de mayo también es un día de reivindicación. Tal y como ha expuesto el presidente del partido sudafricano Congress of the People, Mosiuoa Lekota, “igual que nos sentimos orgullosos de ser sudafricanos, deberíamos sentirnos orgullosos de ser africanos”, en referencia a los recurrentes brotes xenófobos que han tenido lugar, en los últimos años, en Sudáfrica (el más reciente, el pasado abril).

El Día de África no entiende de cuestiones nacionales o raciales. Es un día reivindicativo y festivo que nos recuerda, cada año, el valor de la libertad y de la unión, de la necesidad de construir un mundo donde el continente africano no sea excluido. Una festividad global que todos deberíamos celebrar. Al fin y al cabo, en nuestro ADN, todos guardamos un pedazo de África y todos somos un poco africanos.