El extractivismo avanza, los pueblos resisten


5 de junio, Día mundial del Ambiente, es una fecha en la que diversas instituciones nacionales e internacionales hacen un llamado a proteger el ambiente y los recursos naturales.
Pero ¿cómo se protegen los recursos naturales ante megaproyectos transnacionales que, con el apoyo de los gobiernos, amenazan ríos, territorios y soberanía?

Información, entre otras, de Agencia Pulsar, Geopolítica, Justicia Ambiental


 

Los conflictos ambientales en América Latina van en aumento, así como la resistencia de las comunidades en defensa de sus recursos.

Escuche el reporte que hace el Centro de Comunicación “Voces Nuestras” de Costa Rica:

 

http://www.agenciapulsar.org/wp-content/uploads/2015/06/Pulsar-397.mp3

 

A enero del 2015, el proyecto de investigación de Justicia Ambiental, registraba cerca de 400 conflictos ambientales en la región.

Según muchos investigadores, el progreso del modelo neo-extractivista sigue amenazando los derechos culturales y ambientales de numerosas comunidades.

En Perú.

El conflicto del Valle del Tambo en Perú, contra el megaproyecto Tía María, es sólo uno de entre más de 200 que se dirimen en ese país. Desde que en 2011 asumió la presidencia Ollanta Humala han provocado 63 víctimas mortales.

En Bolivia.

El gobierno de Evo Morales y empresas transnacionales buscan petróleo en 11 áreas protegidas y territorios indígenas de Bolivia.

El Decreto Supremo 2366 aprobado el pasado 20 de mayo autoriza realizar actividad hidrocarburífera en todas las áreas protegidas del país. Actualmente 11 contratos de exploración y explotación gasíferos y petroleros tienen superposición en dichos predios naturales de las 22 áreas protegidas que tiene el país, como señala el informe del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB); es un golpe más a los derechos de los pueblos indígenas, pues dispone que se hace la actividad hidrocarburífera a cambio de un 1% de inversión para las comunidades, se omite por completo la consulta previa y se impone la actividad extractiva así estén en juego impactos que pueden hacer desaparecer a dichos pueblos o las condiciones de sus territorios.

Cinco contratos petroleros firmados por el gobierno de Evo Morales destruirán directamente áreas naturales no tocadas:

1. El firmado con la transnacional francesa Total E&P Bolivie, que se adjudicó el bloque Azero, está ubicado principalmente en el departamento de Chuquisaca y una parte en Santa Cruz. Dicho bloque ocupa una superficie de 785.625 ha y cubre un 90% de lo que viene a ser el Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Iñao, reserva natural de vida silvestre.

2. Es el que adjudicó a la empresa china Eastern Petroleoum and Gas, la zona de Sanandita, correspondiente al parque nacional Aguarague. Dicha reserva ha sido golpeada constantemente por la actividad petrolera.

3. Se tiene aprobada la autorización de firma de los contratos Astillero y San Telmo donde la protagonista es Petrobras Bolivia S.A. y cuya afectación va directamente sobre la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía. También se suma, aunque en parte, la gigante Britich Gas con un contrato de gran proporción en Huacareta.

4. El Parque Nacional Madidi (Norte La Paz) está siendo intervenida en un 75% con la presencia de Petroandina, Repsol y Petrobras Bolivia.

5. En el Tipnis, centro de Bolivia, Petrobras Bolivia y Petroandina ocupan un 35%.

En Colombia

rio de la vida

El Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo construido por Emgesa se encuentra localizado al sur del departamento del Huila en Colombia, entre las Cordilleras Central y Oriental, a 69 km aproximadamente al sur de la ciudad de Neiva. Está localizado a unos 1.300 m aguas arriba de la confluencia del Río Páez con el Río Magdalena. Sus obras fueron oficialmente inauguradas el 25 de febrero de 2011 en presencia del Presidente Juan Manuel Santos.

Las y los afectados, organizados en ASOQUIMBO, mantienen una oposición frontal  en los tribunales, mientras luchan en la calle para defender el Magdalena, el río de la vida.

 

En México

Después de ser el primer país de América Latina (1994) en incorporarse a un bloque económico regional (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) en condiciones de total desventaja, México, en 2005, adhiere al primer bloque regional de seguridad (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte). Desde ahí fue generándose, en acuerdo con Estados Unidos, una política de securitización cuyo primer paso fue el involucramiento del ejército en labores de seguridad interna. A la par de un clima crecientemente represivo en contextos de movilización y protesta social, se prefigura uno de los ingredientes principales de esta política: la construcción de un enemigo interno, que en este caso fue identificado públicamente con el narcotráfico. En una década la sociedad mexicana ha sufrido una transformación brutal. La impunidad y la violencia generalizada han alterado las reglas de socialidad previas, construidas a lo largo de todo el siglo XX. El tejido social ha sido destruido y la moralidad social entró en un estado de esquizofrenia. Evidentemente no sólo fue la violencia armada; la violencia económica promovida por el neoliberalismo preparó el terreno de una descomposición muy profunda…“.

Lea el trabajo de Ana Esther Ceceña acá: “Y cuando volvió la luz quedaban sólo pedazos. El México del siglo XXI”.Consulte el excelente mapa interactivo de elaborado por el Observatorio Latinoamericano de Geopolítica.