El peligro de la Venezuela bolivariana


 

 

 

 

 

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El peligro de la Venezuela bolivariana

Paco Vera

En los 16 años de Revolución Bolivariana, Venezuela se ha visto afectada por una beligerancia política de gran injerencia mediática, de claro signo económico y de intromisión internacional. No han sido actuaciones aisladas, son  parte de un todo que sigue el guión que en abril de 2002 configuró el Golpe de Estado que desplazó por 48 horas al Gobierno democrático y al estamento Constitucional. En este escenario, el decreto de Barack Obama sobre Venezuela tiene especial significado considerando el avance de la democracia participativa y el nivel de independencia alcanzado, por un lado y por otro, Cuba incorporada a la comunidad hemisférica, Latinoamérica encontrándose a sí misma y EEUU sumando fracasos en Oriente y Oriente Próximo.Obama ha declarado “emergencia nacional” frente a Venezuela por “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad de EEUU…y por irrespeto a los derechos humanos”. Afirmación de un Estado que no reconoce la Corte Internacional de Justicia, no ratifica el Protocolo de Kyoto ni la Convención Americana de Derechos Humanos. El mismo que promovió con Gran Bretaña y España la guerra en Irak, reconociendo luego que no había armas de destrucción masiva. Resultado: un millón de muertos, un país destrozado y un campo ilegal de detención y tortura en Guantánamo.

Suena casi a chiste decir que Venezuela es un peligro para un país tan poderoso, económica y militarmente. Una declaración que resulta peculiar viniendo de un país donde la autoridad se ejerce matando afro-descendientes y latinos y donde los autores, con placa, son absueltos por jueces. Si esos excesos sucedieran en Caracas con policías golpeando y vaciando cargadores, sería tildado por los medios y el gobierno de EEUU de “horribles crímenes en un país donde los derechos humanos se pisotean y la justicia está vendida”.

Ese decreto es más bien una amenaza a Venezuela, y no al revés. En todo caso una amenaza a no subestimar por los precedentes históricos. La UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) unánimemente ha tomado posición y declaró que: 1) “no se avalará cualquier intento de interrumpir la democracia en Venezuela; 2) todos los estados miembros de UNASUR rechazarán cualquier intento de desestabilización democrática de orden interno o externo que se presente en Venezuela; 3) las elecciones parlamentarias son el mejor medio para dirimir las diferencias”.

Pero Estados Unidos no entiende los cambios habidos en América Latina, no acepta que el pueblo venezolano elija democráticamente la opción bolivariana en vez de la opción neoliberal y pro-norteamericana, ni digiere que el Sur tenga mecanismos propios para su desarrollo y resolución de sus conflictos. América Latina dispone hoy de espacios comunitarios específicos propios e independientes, no subordinados al Norte: MERCOSUR, ALBA, UNASUR, CELAC.

 Desde que Chávez ganara las elecciones en 1998, el liberalismo no ha visto luz en los países suramericanos donde la gente es el sujeto. En Venezuela, Chávez (1998, 2000, 2006, 2012) y Maduro (2013); en Brasil, Lula (2002, 2006) y Dilma (2010, 2014); en Argentina, los Kirchner (2003, 2007, 2011); en Bolivia, Evo (2005, 2009, 2014); en Ecuador, Correa (2006, 2009, 2013); en Uruguay, Tabaré (2004, 2014) y Mújica (2009). El neoliberalismo sólo ha llegado al gobierno mediante golpe antidemocrático: Honduras (2009) contra Zelaya, y Paraguay (2012) contra Lugo.La avance hacia un mundo “multipolar” incomoda al “unipolar” Departamento de Estado, máxime cuando es Venezuela, ese pequeño país, el que a finales del siglo XX marca un rumbo al que se suman otros países del Continente y del Caribe. Ni la muerte de Chávez ni las dificultades económicas ni la caída de precios del petróleo ni los intentos desestabilizadores internos ni las campañas de fraude electoral no demostrado ni las agresivas campañas de los medios de comunicación en el mundo, han podido con la democracia participativa en Venezuela.

La intromisión norteamericana en Venezuela en ocasiones ha resultado lastimosa: Funcionarios de la Embajada encontrados “infragantis” interviniendo en la oposición, o el caso del gobierno de Bush (hijo) apoyando en 2002 el golpe de Estado contra Chávez a la par del gobierno de Aznar. Golpe de Estado que sí se consumó en Chile y se conocen las consecuencias, la intervención militar en Grenada, los golpes de Estado en Honduras y Paraguay y los intentos de golpe en Bolivia y Ecuador.

El Nóbel de la Paz, el Sr. Obama, parece obsesionado con Venezuela a tal punto que parece anublado ante las muertes de estudiantes y emigrantes, secuestros y guerras de cárteles de la droga en México, en Colombia o en Honduras, y más allá, cerca de sus “bases”, en Irak, Pakistán, Arabia Saudita, Emiratos o en Filipinas. Nada, el foco está en Venezuela, hay que derrumbar a Nicolás Maduro como sea, tal como se pretendió con Bashar Al Assad en Siria. Mientras, el autollamado Estado Islámico dirigido por pretéritos asistidos de EEUU y Arabia Saudita, mata, destruye ciudades y culturas, degüella gentes y secuestra menores. Sin olvidar a Guantánamo, el ilegal campo de torturas sin derechos humanos.

A las amenazas de Estados Unidos no hay que subestimarlas. Recordar Chile/1973 sufriendo una dura guerra económica de empresas chilenas y norteamericanas (ITT y otras) con una profusa campaña mediática de desprestigio contra Allende, llegando a un criminal desabastecimiento de la población. Plan que fue orquestado en Washington, de acuerdo a los documentos de la Agencia Nacional de Seguridad y el Departamento de Estado desclasificados en el gobierno de Clinton.

Ahora es a Venezuela y el plan es similar, acusando de ataque a la libertad política y económica, a la libertad de expresión y a los derechos humanos, con planificadas campañas mediáticas dentro y fuera del país. Podría pensarse que Washington no quiere que se le escape la Venezuela petrolera, al igual que el Chile del cobre, pero, como dijo Evo Morales: “no necesito jefe de campaña electoral mientras tenga criticándome al embajador de Estados Unidos”

Esta tentativa de trasgresión al derecho de autodeterminación empezó cuando Hugo Chávez y sigue con Nicolás Maduro. Atendiendo la línea opositora venezolana de ignorar los resultados de los escrutinios que evidenciaban sus malos resultados, Washington tardó en reconocer a Maduro como Presidente. Pero lo que no previó Obama es que esa oposición neoliberal llamaría a su gente a salir a la calle a resarcirse de su despecho, desplegando violencia y sabotaje, con saldo de 43 muertos (entre ello dos menores), centenares de heridos y millones en pérdidas en propiedades públicas y privadas. Luego acusarían de ello al Gobierno.

La oposición no sabe perder elecciones, ni tolera que entidades internacionales no les de la razón (UNASUR, OEA, Fundación Carter, FAO, UNESCO, OIT). De acuerdo a los comentarios sote voce de miembros de la derecha, en el fondo subyace que los líderes de la oposición venezolana no han hecho autocrítica de los 40 años que fueron gobierno, manejando cuantiosos recursos del Estado que no utilizaron para atajar los graves desequilibrios sociales y económicos que sufría la población sumida en la pobreza. Evidenciado hoy en la carencia de apoyo popular en el país, que la lleva a buscarlo entre sus adláteres ideológicos de otros países.

En 2014 siguió la presión contra Venezuela mediante agresiones económicas, con especial dureza de Estados Unidos, hasta conseguir bajar abruptamente los precios del petróleo (negociado entre EEUU y Arabia Saudita), afectando no sólo a Venezuela, también a Ecuador, Rusia, Irán y otros países productores. La presión táctica es tal que el vicepresidente de EEUU contactó con los presidentes de El Caribe diciéndoles que a Maduro le quedaban pocos meses y que Petrocaribe desaparecería, entidad clave en el apoyo energético a esos países.

Para los venezolanos el problema más importante es el desabastecimiento y los precios especulativos, no lo es el acceso a la educación, a la salud, al trabajo o a la vivienda, por ejemplo, pues tienen respuesta. El grueso de la producción nacional, la importación y la gestión comercial están en manos de la empresa privada, hecho que demuestra que la economía de mercado sigue viva en Venezuela, a pesar de que algunos (mediante el desabastecimiento) la usan como arma para alentar la queja social. Estrategia que cuanta con potentes aliados en el sector empresarial, mediático y financiero dentro y fuera del país. Son agentes acaparadores de productos que esconden, sacándolos a cuentagotas a la venta a precios especulativos, incluyendo  pañales, leche, azúcar, papel higiénico y alimentos para niños. Cuando se les intervienen y sancionan, denuncian atropello a la libertad de empresa.

El abastecimiento produce una grotesca contradicción: mientras más se abastece, más largas son las colas ¿por qué? “Las colas son un instrumento de guerra que se han creado para provocar neurosis -dice el psicólogo Erick Rodríguez- …a la gente no le importa qué se vende, hace cola y compra… es una situación de histeria que descompone la estructura emocional del ser humano, le crea desconfianza… Si te crean desconfianza, te crean decepción, o te desilusionas, o te desmovilizas”.

La “inteligencia popular”, la gente que denuncia acaparamientos, ha facilitado desmontar almacenes clandestinos repletos de productos de la cesta básica. Esa inteligencia social es de gran valor en esta guerra contra la vida y los derechos ciudadanos. Veamos apenas algunos datos:

En 2014 se requisaron 14 millones  656.098  kilos de alimentos, 10 millones 509 mil de litros de combustible y lubricantes y 6 millones 878.662 kilos de material estratégico (hierro y cemento).

En la región de Lara se incautaron más de 15 mil tonelada de alimentos y 362.401 de material estratégico. En el estado Falcón, 20 toneladas de arroz, 72 toneladas de jabón en polvo, 30 mil maquinas de afeitar, 22 mil litros de suavizante, 19 mil desodorantes, 800 paquetes de pañales, además de papel higiénico y fórmulas lácteas, entre otros rubros. En el estado Bolívar se confiscó 12 toneladas de carne de res. En el estado Táchira 115 toneladas de azúcar.

La Fiscalía acusó a una cadena de supermercados por acaparamiento de productos de primera necesidad. Al apoderado se le detuvo cuando iba a abordar un vuelo a Panamá.

A diciembre de 2014 se había detenido a 2.269 personas, entre intermediarios, dueños y ejecutivos de empresas. Con las detenciones se ha sabido el objeto de provocar colas y compras nerviosas, generar sensación de desabastecimiento y hacerlo de forma que surja efecto en los medios de comunicación.

En los primeros días del 2015 se corrió el rumor de que algo grave pasaba en Venezuela, tal como sucedió en Chile antes del golpe contra el presidente Salvador Allende. Al mismo tiempo se difundió que a determinados comercios iba a llegar productos de consumo cotidiano. De madrugada la gente va llegando y se forman largas colas frente a esos locales. Pero el producto no llega. Se arma la protesta, pero las colas y el madrugón ya se ha difundido por los medios de comunicación nacionales e internacionales. Nadie asume la autoría del rumor.

Cierro estas líneas con cuatro datos a modo informativo sobre políticas y el uso del presupuesto nacional: 1)la pobreza extrema que en 1999 afectaba al 24,1% de la población, hoy está reducida al 6,4%; 2)de los ingresos del Estado el 62% se invierte en salud, educación, alimentación y vivienda; 3)El Cardiológico Infantil Latinoamericano que se inauguró hace 9 años en Caracas, brinda salud pública a más de 1.000 niños y adolescentes al año, lo que representa un crecimiento de intervenciones del 609,21% respecto a 1999; 4)el desempleo en Venezuela es del 7,2% de la población en edad de trabajar.