Colombia, Latinoamérica, Noticias — 28/05/2015 a 10:55 am

La oligarquia colombiana sigue asesinando a los mensajeros de la Paz

image_print
Javier Arjona. Miembro de Soldepaz Pachakuti y COSAL
Con crueldad y sadismo se quitan de en medio a intermediarias y mensajeros que han puesto su vida al servicio de la Paz en Colombia.

La oligarquia colombiana sigue asesinando a los mensajeros de la Paz.

27 de mayo 1964-2015. 51 años de lucha por la paz con justicia social

27 de mayo 1964-2015. 51 años de lucha por la paz con justicia social

¿quién hará honor y memoria a esos centenares de mensajeros y mensajeras,
que cayeron en la sucia guerra contra la paz en Colombia?

No importa que en Colombia compren votos o arreen electorados bajo
promesas o amenazas: esta democracia nunca está bajo sospecha. No importa
que los paramilitares produzcan en diez años doscientos mil muertos en
masacres bajo todas las formas de atrocidad: la democracia colombiana
sigue siendo ejemplar, porque los poderes de la plutocracia siguen al
mando.

Willian Ospina, escritor.

Se reinician hoy en la Habana las conversaciones entre guerrilla y gobierno colombiano, y resulta obvio que previamente ha tenido que haber muchos, muchos contactos y peripecias para llegar a estas mesas, cualquiera que sea el desenlace.

¿Podría ser que, muchas de las personas que han dado la vida o la libertad, como intermediarias, para conseguir esos acercamientos, quedaran en el olvido?

De la máxima preocupación y actualidad es el hecho de que el 20 de enero se mantenga o no el alto el fuego que la guerrilla decretó de forma unilateral pero el gobierno se negó a secundar.
En la valoración de esos dos meses de no acciones ofensivas de las FARC, el gobierno ha querido deslegitimar asegurando que no existió, pero su credibilidad queda otra vez por los suelos con los informes de las instituciones supuestamente independientes que hablan de una disminución del 80% del accionar, de un aumento del ELN, aun no contemplado en las conversaciones, y que claro, la guerrillerada “se defiende” cuando el gobierno ataca en navidad..

Y  fue a fin de año, contrariando una regla no escrita de cierta laxitud o tranquilidad guerrera en esas fechas, cuando Santos ordenó bombardear otro campamento fariano en el Chocó presumiendo de haber matado a  más de 20 guerrilleros..  igual que el mes anterior había hecho en Nariño..

Al comandante Reyes le bombardearon mientras dormía en marzo de 2008,  dentro de territorio ecuatoriano, al parecer siguiendo el rastro de su celular satelital con el que se comunicaba para conversaciones de intermediación, entre otros con el delegado francés,( “es una mala noticia que el hombre con el que estábamos dialogando, con quien teníamos contactos, haya muerto”),  que se “enfadó” por el asesinato  para el que dio la orden directa el ministro de defensa, Santos. Chávez lo calificó de cobarde asesinato.

A Simón Trinidad le capturaron “casualmente” en Ecuador, y le extraditaron de urgencia a EEUU:  al parecer tenía la misión de buscar un lugar en Ecuador para reunirse con el Secretario General de la ONU, Kofi Annan y con representantes del gobierno francés.

El propio máximo comandante Alfonso Cano, interlocutor del presidente Santos como se ha sabido después, fue rodeado por 6000 efectivos militares, perseguido por todas las montañas de la cordillera central y su campamento  bombardeado sin piedad en un operativo en el que participaron 40 helicopteros y decenas de aviones, exterminio que Santos había anunciado en la propia sede central de la ONU. Pero  el jefe político de las FARC y portavoz de la propuesta política de paz fue asesinado cuando
ya estaba desarmado y había salido solo del cerco militar, en vez de ser detenido, lo que da idea de las intenciones, perversas, del gobierno de la oligarquía colombiana.

En España el asunto de la activista madrileña que fue vapuleada en los medios informativos por una alianza penosa entre la policía criminal (según la Fiscalía General de Colombia) del DAS y la policia española, no ha tenido ni una sólo autocrítica de los mismos medios cuatro años después , al caerse la acusación. Pero “la mensajera de paz”, que había preparado
encuentros en El Escorial, ( lo mismo que el presidente de la Generalitat Valenciana, o el gobierno de Aznar habían recibido delegaciones mixtas de gobierno y guerrilla,) perdió su trabajo, su casa, y  continuó la estigmatización contra su persona.

La guerrilla colombiana, según se desprende de sus numerosos documentos, pero sobretodo de sus acciones continuadas, parece determinada a llegar hasta las últimas consecuencias en la Paz en su país.

Es su decisión, y ojalá no sea el inicio de un nuevo exterminio como los contados por García Marquez o la sentencia internacional de genocidio político de la Unión Patriótica y otras experiencias penosas que retratan la cerrazón e intransigencia de la oligarquía colombiana, tal vez una de las que más ha usado y usa la guerra sucia para mantener intactos sus privilegios, y aumentarlos con una acumulación de tierras y propiedades  fruto de la guerra.

Pero.. ¿puede la Ética popular y el propio Derechos Internacional permitir este añadido de genocidio de las mensajeras y mensajeros?

¿Qué pasará en el futuro si se permite Ahora este exterminio de personas intermediarias, en la seguridad e integridad de las Organizaciones populares, que, mucho más todavía, pagan ya muy caro el peaje de las externalidades y daños colaterales de la guerra?.

(Tomado de Kaos en la Red)

A continuación, comunicado de la :

Delegacion de Paz de las FARC-EP

Delegacion de Paz de las FARC-EP

Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, mayo 27 de 2015
“Hubo un número de combatientes dispuestos
a darlo todo por la causa revolucionaria,
y por eso Marquetalia se creció en la resistencia
y sentó las bases políticas, militares
y morales de lo que serían un poco más tarde las FARC”. Jacobo Arenas.

El pasado 21 de mayo el presidente Juan Manuel Santos dio la orden de bombardear un campamento del 29 Frente de las FARC-EP en Guapi.

El resultado de esta orden, ejecutada con uso excesivo de la fuerza, fue una masacre. Murieron 27 guerrilleros, la mayoría por efecto de las bombas, y según testimonio de los sobrevivientes, varios heridos fueron rematados con tiros de gracia por la tropa oficial cuando reclamaban auxilio.

El presidente sabe muy bien, y sobre todo después de lo sucedido con nuestro comandante Alfonso Cano, que no se puede matar a nadie en estado de indefensión, ni a combatientes prisioneros, porque se incurre en crimen de guerra, conducta proscrita por el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Penal Internacional.

En medio del luto que nos embarga, informamos al país y al mundo, que el compañero Jairo Martínez, integrante de la Delegación de Paz de las FARC-EP en La Habana, quien estaba en misión de Pedagogía de Paz en dicho Frente, se encuentra entre los guerrilleros asesinados. Una roja flor de homenaje a su memoria depositamos hoy sobre la digna tumba de los compañeros y compañeras caídos.

Jairo-Martinez-paz-colombia.jpg

Ya que los cadáveres fueron entregados a Medicina Legal en Cali, solicitamos a quien corresponda que estos sean inspeccionados por forenses nacionales e internacionales, bajo la mirada neutral del CICR, para que los colombianos podamos acceder a un informe confiable en torno a las circunstancias de sus muertes.

Sea este el momento para enviar a los familiares de los guerrilleros caídos, a nombre de todo el conjunto de las FARC-EP, nuestra más profunda condolencia. Cayeron ellos mientras enarbolaban la bandera de la causa más justa: la paz con justicia social y democracia para todos los colombianos.

Cuando intentamos en La Habana rescatar el valor de la vida y la dignidad humana, nos vemos forzados a hablar de más muertes ordenadas desde el Palacio de Nariño. El 23 de mayo en Segovia, fueron asesinados por el ejército otros 10 insurgentes de las FARC-EP pertenecientes al Cuarto Frente, y el 25 de mayo, en el Chocó, en un ataque del ejército fue asesinado el comandante del 18 Frente e integrante del Estado Mayor Central, Román Ruiz, y tres de sus acompañantes. Desde este estrado, les rendimos honores, disparando una salva atronadora de hasta siempre compañeros.

Queremos afirmar de manera enfática, que se equivocan quienes piensan que con los cuerpos destrozados y la sangre de nuestros compañeros, van a imponernos una justicia que no persigue la responsabilidad de los poderosos, que solo fija su mirada punitiva en los de abajo, en los que tuvieron que hacerse rebeldes contra la injusticia, en una lucha que ya se prolonga por 51 años, cuando en una fecha como hoy, mayo 27, fueron atacados en Marquetalia.

Ese tema, el de justicia, deberá ser abordado por las partes en su debido momento. No lo rehuimos. Tenemos fórmulas para buscar la reconciliación de la familia colombiana. No hemos venido a La Habana a negociar impunidades. Pero primero deberá darse una respuesta al paquete de propuestas mínimas sobre víctimas del conflicto que hemos presentado al gobierno en la Mesa de Conversaciones y que recogen las formuladas desde hace años por las organizaciones de víctimas y de Derechos Humanos.

Es urgente cumplir el mandato de la Agenda que ordena, entre otros, el esclarecimiento del fenómeno del paramilitarismo, y especialmente, su ataque y desarticulación definitiva. Tenemos que estudiar las responsabilidades de este largo conflicto, retratadas en el informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas.

Es imperativo conjurar el fuego de la guerra que amenaza con reactivarse en el territorio nacional, cuando hasta hace poco avanzaba a paso seguro el desescalamiento del conflicto.Las conversaciones de paz no progresarán con baños de sangre, presidente Santos.

Como gente que sinceramente quiere la paz y la reconciliación para Colombia, pensamos que hay que restablecer la confianza y retomar el esfuerzo de las partes tendientes a concretar las medidas de desescalamiento del conflicto que estábamos analizando. Tenemos que salir de esta turbulencia para entregarle al pueblo colombiano un horizonte diáfano que nos permita transitar, libre de enredaderas, el camino hacia el Acuerdo Final. No más pérdidas de valiosas vidas humanas. No más asesinatos de militantes de la Marcha Patriótica y del Congreso de los Pueblos, de reclamantes de tierras, de defensores de derechos humanos, de líderes del movimiento social y sindical. No podemos los colombianos tirar por la borda los importantes avances logrados en la Mesa de Conversaciones.

Colombia necesita el concurso y la solidaridad de Latinoamérica, de los gobiernos y pueblos del mundo para salir de la horrible noche de la que habla nuestro himno nacional. El destino de Colombia, como decía nuestro comandante Jacobo Arenas, no puede ser el de la guerra.

Delegación de Paz de las FARC-EP