Latinoamérica, Libros, México, Noticias — 04/01/2017 a 1:20 am

Ojarasca 236. Diciembre 2016

image_print
Suplemento mensual del Diario La Jornada
Fuente: Ojarasca

UMBRAL 236/RESISTENCIAS EJEMPLARES

La derecha radical y racista avanza, ominosa, en todo el mundo. Ocupa paulatinamente más y más espacios gubernamentales con el aval ¿democrático? de minorías chovinistas y resentidas que resultan mayorías ante el desgano y la parálisis de las fuerzas progresistas y las sociedades en Europa, Asia Menor y las Américas. A la vez, los Estados de presunta vocación popular, además de ir retrocediendo en el tablero electoral, insisten en expandir la fiebre extractivista al amparo de potencias “alternativas” pero empresariales, tan depredadoras como las que decimos combatir. El desarrollismo de capital chino, ruso o canadiense financia el “crecimiento” tanto o peor que el Banco Mundial y las trasnacionales del Primer Mundo.

¿Qué tanto se diferencian la agresividad destructora en México o Nicaragua, Colombia o Ecuador, Estados Unidos o Bolivia, Canadá o Venezuela? Más allá de la retórica y la envoltura ideológica todos le hacen igual, aunque no sean iguales. Por eso las luchas de los pueblos originarios y campesinos son una y la misma. Su acento clave reside en la defensa de la Madre Tierra, que en términos concretos se manifiesta en la defensa y salvaguarda del territorio, la autonomía, la reivindicación cultural y de lenguas.

Este mes Ojarasca registra, una vez más, resistencias extraordinarias que se las arreglan para no ceder aún con “todo” en contra: legislaciones, fuerza pública, sistemas políticos, propaganda, mercado “libre” lo mismo privado que estatal. El buche del inversionista petrolero Donald Trump se cierne ominoso sobre los territorios lakota del mismo modo que el buche verborreico de Daniel Ortega se cierne sobre los miskitos y media Nicaragua para partir el país a sangre, trascavo y fuego en favor del nuevo canal transoceánico. No distinto obran las autoridades de Perú, Ecuador o Bolivia cuando expulsan poblaciones amazónicas para meter “desarrollo” a lo bestia. Detrás del empaque discursivo ¿qué diferencia en los hechos la permisividad de Peña Nieto o Kusczinski del desarrollismo autoritario de los Correa y los García Linera?

La histórica protesta en Piedra Parada, Dakota del Norte, no resulta menos ejemplar que la de los shuar en la Cordillera del Cóndor decididos a recuperar su comunidad Nankintz y plantarle cara a la minería. También habla aquí la resistencia ambiental de los mayas en Quintana Roo. Y la activista mixe y zapoteca Sofía Robles reflexiona sobre la comunalidad y la organización popular de los pueblos para seguir siendo.

Pulso vivo en tiempos oscuros, los pueblos originarios suben la guardia en Chiapas y Putumayo, Zulia y la Araucanía, la Huasteca y Virikuta, el Petén y la Amazonía. Mowhawk, siux, me’pháá, wixaritari, ngäbe-buglé, tseltales, aymaras, ijkoot, kichwas, quechuas y mapuches, todos tienen historias que contar e Historia por hacer. En eso andan, confirmando que no todo se derrumba. Lo ejemplar emana de su aguante, su constancia, la valentía, la claridad y la consciencia de sus acciones. El futuro de los pueblos originarios y campesinos en América será el de todos o el de  ninguno. Por eso sus victorias, aunque parciales, son definitivas. La cátedra de su actuar es ejemplar para el mundo y vital para ellos, guardianes que no piensan bajar la guardia.