Asia, Kurdistán, Noticias — 23/03/2017 a 2:28 am

“El elemento crucial de la lucha kurda es la liberación de la mujer” (Entrevista con Dilar Dirik)

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La activista e investigadora kurda Dilar Dirik fue entrevistada por George Souvlis para el portal Salvage. Reproducimos la entrevista completa.
Fuente: KURDISTÁN AMÉRICA LATINA, 22/3/2017

-A modo de introducción, ¿podrías explicar qué experiencias personales te han influido fuertemente, tanto desde el punto de vista político como académico?

Dilar Dirik

Dilar Dirik

-Como kurd@, nunca puedes huir de tu identidad, porque tu identidad es esencialmente política y el nivel de tu conciencia política actúa como autodefensa, como la única manera de asegurar tu supervivencia y tu existencia. Es por eso que la insistencia en la libre expresión de tu identidad autodeterminada es retratada como controversia política, nacionalismo o terrorismo por el sistema capitalista-estatista.

Como mujer alevi-kurda, que se convirtió en refugiada desde niña, y creció como una persona del Oriente Medio en Europa, mi historia personal no es absolutamente especial o única cuando se pone en el contexto de la historia kurda moderna. Como much@s otr@s, vengo de una familia muy izquierdista y políticamente activa. Conocí viejos o actuales prisioneros políticos, militantes, crecí entre manifestaciones que fueron parte normal de mi infancia, como es el caso de millones de kurd@s.

Creciendo en un entorno político tan fuerte, la militancia de los viejos kurdos que lideran las manifestaciones en el corazón de la modernidad capitalista, en ciudades como Fráncfort, Londres, París, sus arrugadas señales de victoria, su grito de batalla, su determinación, y el efecto radicalizante.

Pero si tuviera que señalar personalmente un punto de inflexión más específico, sería el asesinato de tres activistas kurdas, Sakine Cansiz (Sara), Fidan Dogan (Rojbîn) y Leyla Saylemez (Ronahî) el 9 de enero de 2013 en el corazón de París. Conocí a estas mujeres personalmente, y desde su asesinato, como miles de mujeres kurdas, exigimos una respuesta a esta pregunta: “¿Para quién eran tan peligrosas estas mujeres que el sistema tenía que eliminarlas?”.

Sakine Cansiz fue una de las co-fundadores del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) y desempeñó un papel histórico en los levantamientos carcelarios en Diyarbakir a principios de los años ochenta. La participación de los servicios secretos turcos en el asesinato de estas tres mujeres libres es un secreto a voces. Pero está claro que un ataque tan dirigido contra estas mujeres revolucionarias es un signo de debilidad del sistema, expone su mayor temor: la mujer organizada, luchadora y liberada. Es por eso que un movimiento de mujeres autónomo y radical será la fuerza pionera para construir una vida más bella y libre.

Especialmente para las mujeres kurdas, el eslogan “La Resistencia es Vida” adquiere un significado histórico, considerando los ataques de cuatro estados-nación fascistas, el colonialismo capitalista occidental y, más recientemente, los grupos femicidas como ISIS, junto a la violencia en nombre de un concepto perverso de honor.

Por lo tanto, creo que la única manera de encontrar respuestas significativas y satisfactorias a las preguntas sobre el significado de la vida, sobre la justicia, sobre la libertad, para entenderse a sí mismo en relación con el mundo es amar a la comunidad. Y la mejor manera de expresar este amor está en la lucha.

-Hablemos un poco sobre Rojava. ¿Cómo se convirtió en una región autónoma de facto? El 17 de marzo tuvo lugar una Asamblea Constituyente, el “Sistema Democrático Federal de Rojava / Norte de Siria”. ¿Podrías hablar un poco sobre estos acontecimientos políticos? ¿Es posible tener un régimen democrático sin Estado? ¿Cuáles son los paradigmas intelectuales, organizativos y políticos de los que se basa el nuevo sistema federal? ¿Podría este modelo exportarse al mundo “occidental”?

-La revolución de Rojava tiene una larga y arraigada historia en la lucha kurda. Durante mucho tiempo, Rojava fue visto simplemente como una extensión de Bakur (Kurdistán del norte / Turquía) o Bashur (Kurdistan meridional / Iraq). Muchos dirigentes políticos y organizaciones de las otras partes se retiraron a Rojava para recobrar fuerzas y movilizarse. Rojava es la parte más pequeña y única del Kurdistán que nunca dirigió una lucha armada contra el Estado. Actualmente es uno de los centros de atención en el Kurdistán de hoy, pero en realidad fue la parte menos activa hasta hace poco.

En las épocas otomanas, así como en las primeras décadas del Estado-nación sirio y poco después bajo el mandato francés en la primera parte del siglo XX, mientras que siempre estaban en conflicto con las administraciones centrales, las regiones kurdas de Siria disfrutaron relativa autonomía y libertades de vez en cuando.

Esto a menudo se debía a la inestable administración política en los primeros períodos de construcción del Estado de Siria, marcados por golpes militares y disturbios. Esto cambió radicalmente con el surgimiento del partido Baath en los años sesenta. Para prevenir los levantamientos kurdos, el Estado impuso políticas demográficas racistas especialmente en la región de Cizre y los servicios secretos activamente fomentaron el conflicto entre los kurdos y algunas tribus árabes. El Estado también manejó el arte de enfrentar grupos políticos y tribus kurdas unos contra otros para socavar los derechos colectivos kurdos. Este método de crear una clase de colaboradores contra los kurdos resistentes ha sido la política de los cuatro estados en los que se encuentra Kurdistán.

Sin embargo, los fundamentos de la revolución que vemos desarrollarse hoy en día se remonta a 1979, la llegada del PKK y Abdullah Öcalan a Siria. Los cuadros del PKK no sólo se organizaron para la lucha en Turquía, sino que también organizaron a la población kurda local. Öcalan dio personalmente cursos a cientos de miembros de la comunidad. Más importante aún, esta era marcó el comienzo de las mujeres que se volvieron políticamente activas por primera vez en Rojava. En ese momento, cientos de mujeres se unieron a la guerrilla de Rojava. La experiencia con la cultura revolucionaria que el PKK introdujo en Rojava en aquella época sentó las bases de la revolución en Rojava, pero también dialécticamente influenció al propio PKK hacia perspectivas más comunalistas.

En 2004, un año después de la fundación del PYD, hubo un intento de lanzar un levantamiento en Qamishlo, pero fue brutalmente reprimido por el Estado. Numerosos activistas fueron sometidos a tortura, desaparición, encarcelamiento, intimidación y asesinato por parte del partido Baath.

La primavera árabe, a partir de 2011, fue un momento poderoso y radical en el Medio Oriente, inspirando una gran esperanza de cambio y libertad del pueblo. Sin embargo, pronto, las potencias locales e internacionales hallaron cómo manipular elementos de este momento revolucionario para sus propios intereses. Uno de los resultados más devastadores de estos cálculos crueles es la guerra en curso en Siria, que dejó a millones de personas desplazadas, cientos de miles de personas muertas y algunos de los más antiguos sitios y hábitats naturales completamente destruidos y perdidos para siempre. Hay que respetar la voluntad y la dedicación de l@s activistas de toda Siria, que desafían la falta de conciencia de la comunidad internacional a través de su trabajo en el polvo y las cenizas. Pero también es importante señalar que hubo una falta general de un plan político pensado y con visión de futuro de las secciones democráticas de estos movimientos, junto con ataques masivos asesinos que pronto llevaron a su disolución o debilidad y al surgimiento de la guerra yihadista.

El 19 de julio de 2012, los kurdos de Rojava aprovecharon la oportunidad y expulsaron a las fuerzas del régimen de sus regiones. No hubo guerra activa en la región en ese momento, ya que el régimen priorizó las batallas con los rebeldes en otras partes de Siria. La organización temprana del consejo clandestino ya había comenzado en 2011, pero después de 2012, por primera vez, las y los kurdos de Rojava pudieron ser políticamente activos libremente. En fotos que son verdaderamente históricas aparecen banderas kurdas que antes habían sido prohibidas, al igual que el idioma kurdo en el uso oficial. Las mujeres estuvieron entre las primeras personas que derribaron las señales del régimen y tomaron las armas para proteger su región. Las unidades de autodefensa en Rojava datan del 2011. Pero las YPG (Unidades de Defensa del Pueblo) se formaron oficialmente en 2012, mientras que las unidades de mujeres dentro del YPG formaron posteriormente su estructura autónoma, las YPJ (Unidades de Defensa de Mujeres) en enero de 2013.

Pronto, sin embargo, especialmente debido a los intereses políticos de Turquía, los embates del terrorismo islamista comenzaron a atacar Rojava. Hay muchas pruebas que sugieren la colaboración entre el Estado turco, bajo Recep Tayyip Erdogan, y grupos como Jabhat al Nusra y más tarde ISIS. Serekaniye (Ras al Ayn) fue el campo 21-03-2017-ISTANBUL-Istanbul-Newroz-u-Simdi-devrim-zamani-d72bf1full-1024x683de batalla de los enfrentamientos inmensos con estas fuerzas yihadistas especialmente en 2013.

Durante ese tiempo, la comunidad internacional se preparaba para la segunda conferencia de Ginebra para una solución pacífica a la guerra. Sin embargo, estaba claro que la “oposición” siria estaba seleccionada a dedo, patrocinada por el Estado turco, y no era representativa del pueblo sirio. La conferencia excluyó a los kurdos, aunque constituyen una parte importante de la sociedad siria. Así, en el otoño de 2013, el sistema de autonomía democrática fue anunciado en Rojava, como un acto de desafío al orden internacional estatal que los silenció deliberadamente. En la misma semana que la conferencia de Ginebra II, en enero de 2014, los tres cantones -Afrin, Kobane y Cizre- fueron declarados tales. Entonces se publicó el contrato social de los cantones de Rojava.

2014 también marcó el año en que ISIS entró en la escena mundial, aunque la gente en Rojava había estado resistiendo contra ellos. Especialmente la masacre, en agosto, de yezidíes en Sinjar (Shengal, en kurdo) expuso los métodos crueles, repugnantes, de violadores de este grupo asesino. Sin embargo, cuando ISIS atacó a Kobane en septiembre de 2014, se encontró con un enemigo muy diferente. Aquí, el pueblo de Kobane demostró al mundo que una comunidad política organizada, movilizada, es invencible. Kobane se convirtió en la primera línea de defensa de la humanidad contra el fascismo. Las mujeres liberaron a Kobane de violadores de ISIS. Esto resonó en los pueblos que luchan alrededor del mundo.

Al tratar de entender lo que es “revolucionario” sobre Rojava, es importante enfatizar en primer lugar las condiciones en que la gente está tratando de construir una alternativa: una población oprimida, empobrecida, colonizada y brutalizada de millones de personas está combatiendo a los violadores yihadistas. Un régimen sediento de sangre, estados hostiles como Turquía, comportamientos reaccionarios en la propia comunidad, todos sufriendo embargos políticos y económicos y situándose en el centro de la tercera guerra mundial, entre las garras de las mismas antiguas fuerzas imperialistas. En este contexto, el pueblo de Rojava decidió negar el sistema del Estado-nación y rechazó las dos opciones que el sistema otorgaba al pueblo de Siria (el status quo encarnado por la dictadura de Assad o un cambio de régimen con una política cada vez más extranjerizada con determinado carácter jihadista) y decidió luchar por la “tercera vía”. Todas las propuestas de Rojava para una solución, se han acentuado en torno a esta llamada a rechazar la mentalidad irracional del “mal menor” y confiar en vez de ello en sus propias fuerzas. Esto se ilustra en el sistema federalista y su contrato social, así como en las fuerzas de defensa multicultural que liberan áreas del ISIS y alientan el establecimiento de consejos populares en las áreas libres.

La gente a veces se olvida de que antes de la guerra en Kobane, todas las fuerzas imperialistas estaban felices de ver que l@s kurd@s en Siria eran masacrad@s. Si hoy en día fuertes ejércitos están ayudando a los kurdos sobre el terreno, es porque estos últimos han demostrado su capacidad de lucha en la acción. La intervención en Kobane fue una oportunidad para que Obama demostrara que su concepto anti-ISIS funcionase, después de todos sus fracasos. Pero en realidad, la comunidad de Kobane, incluidas las mujeres de 60 años, se comprometieron a luchar por la vida, o ir a la muerte, armarse para proteger sus hogares, meses antes de que se formara la coalición. Su fuerza no radicaba en su equipo militar, sino en su conciencia política, organización y compromiso para defenderse a sí mismos y a su comunidad. La cooperación militar táctica con los estados en épocas de la vida o la muerte con ninguna otra opción para la supervivencia, es algo. La colaboración política estratégica basada en intereses comunes, también.

Muchos sectores de izquierda han sido muy dogmáticos con respecto a este tema. Después del legado histórico del colonialismo occidental en el Kurdistán, para los kurdos sería un suicidio confiar su futuro a esos mismos poderes. No hay demasiadas opciones disponibles en la lucha contra ISIS. Lo importante es proteger la revolución de la corrupción y la cooptación por el imperialismo y el capitalismo. Aquí es cuando entra en juego la solidaridad internacionalista.

Los grandes experimentos socialistas han resultado en instituciones profundamente jerárquicas que abusan del poder, en asesinatos masivos, censura y opresión. Traicionaron los ideales del socialismo y su prometedora recuperación de valores profundamente humanos como la solidaridad, la justicia y la libertad. Al mismo tiempo, l@s izquierdistas radicales, más precisamente l@s anarquistas, a menudo prefieren evitar la cuestión del poder, como una papa caliente. En nombre del autoritarismo y la oposición a las jerarquías, algunos se niegan a coordinar por completo, lo que termina siendo un modo de ser altamente individualistas, apolíticos y antisociales.

En Rojava, podemos ver un claro intento de abordar la cuestión del poder, que opera no destruyéndolo, sino comunalizándolo, si se quiere. No tiene sentido negar que existe el poder, así como no sirve de nada hablar de la igualdad de género, por ejemplo, sin reconocer el legado de 5000 años del patriarcado. Por lo tanto, los municipios, los consejos, las cooperativas, las academias, las unidades de defensa, los municipios y otras nuevas organizaciones y lugares de resistencia son métodos para reubicar el poder, difundiéndolo, descentralizándolo y, en última instancia, democratizándolo.

Cerca de un millón de kurd@s celebraron el Newroz en Amed (Diyarbakir). 21/3/2017

Así, la comuna es el sitio de democracia directa en la práctica de ciudadanía a través de la participación activa en cuestiones de la vida cotidiana que conciernen a su existencia, los delegados a los consejos en la aldea, ciudad, ciudad, regional, cantonal y ahora nivel federal. Con planes de acción y coordinando las políticas adoptadas en las estructuras de democracia directa. En las academias, las personas, sin límite de edad, aprenden sobre el nuevo sistema, lo discuten para criticarlo, cambiarlo y desafiarlo. En sus cooperativas, ejercen una forma de economía comunal, cada vez más enfocada en temas ecológicos, creando sus mundos materiales autosuficientes, basados en la solidaridad, el respeto al trabajo y los valores compartidos. Una vibrante sociedad civil, una nueva cultura artística, un renacimiento en el trabajo cultural está ahora decorando la vida en Rojava.

Si pensamos en la autogestión política de ciudadanos activos, libres y racionales en asociaciones voluntarias con valores compartidos de liberación y recursos comúnmente administrados, como actuaciones de autodefensa, también podríamos ayudar a superar la vacilación de los izquierdistas de lidiar con el poder. Abolir al Estado minimizando su relevancia, descentralizar tanto el poder que ya no pueda establecer jerarquías, radicalizar tanto la democracia que se aleje de la política clásica de votación y representación, para ser una cultura social, son premisas en las que nuestra comprensión de la revolución debe partir del orden económico capitalista global de hoy, legitimado por el Estado-nación y patrocinado por el patriarcado.

Pero no hay solución de copiar y pegar cuando miramos la posibilidad de implementar la autonomía democrática fuera de Kurdistán y Oriente Medio. Por ejemplo, la autonomía democrática en Rojava opera de forma diferente a Bakur (Kurdistán Norte / Turquía). Cada cantón en Rojava tiene estructuras diferentes. Ninguna comuna es igual. El punto mismo de la autonomía democrática es que cada contexto conoce mejor sus condiciones, necesidades, deseos, problemas y soluciones. Por lo tanto, no podría haber ninguna forma de fotocopiar estas cosas. La estandarización de la sociedad es un concepto que surgió con el Estado-nación. Por lo tanto, la idea de que la autonomía democrática implementada en Rojava podría aplicarse exactamente de la misma manera en un lugar como una metrópoli en Europa va contra la noción de autonomía democrática, ya que negaría el sistema de la comunidad en cuestión con toda su complejidad, única y particular, que requiere soluciones creativas y flexibles.

Sin embargo, aunque los principios de autonomía democrática tienen un atractivo universal, su implementación requiere propuestas, adaptaciones y acciones locales.

-Has escrito sobre la exotización de las mujeres kurdas antes, ¿podrías hablar más sobre esto? ¿Es su participación en la lucha armada un nuevo fenómeno o tiene una historia más larga? ¿Existe algún prisma analítico feminista que nos ayude a condensar la experiencia vivida del movimiento de mujeres kurdas? ¿Cómo se diferencia del feminismo liberal occidental?

-El elemento más crucial de la lucha por la libertad kurda, en Rojava y más allá, es el énfasis en la liberación de la mujer, no como un efecto secundario positivo de la revolución, sino como su corazón y su alma, su condición y su método. Muchas luchas revolucionarias a lo largo de los siglos han borrado completamente el papel de las mujeres en la justicia social, o han representado el progreso en la situación de las mujeres como una especie de resultado del cambio general hacia la libertad.

Sin embargo, en el movimiento de mujeres kurdas creemos que la primer derrota sistemática de la justicia social, la vida comunitaria y la sociedad basada en la libertad fue el surgimiento del patriarcado y la caída de las mujeres. Esta es básicamente la historia de Mesopotamia, una región una vez patrocinada por las diosas, ahora hogar de la moderna esclavitud sexual. Cuanto más se analiza la mentalidad del capitalismo, más allá del mero reduccionismo económico, más caerá la máscara del sistema estatal. Cuanto más se analiza el Estado, no sólo como institución, sino como mentalidad, más se comprende el papel del patriarcado en su institucionalización. Cuando se mira a la familia nuclear, se puede ver que se basa en el Estado y viceversa. Y así, existe un vínculo fundamental entre la familia patriarcal opresiva y la sociedad, el Estado y el capitalismo y sus devastadores efectos sobre el medio ambiente, sobre las comunidades y sobre las mujeres.

Como dije antes, muchas de las dinámicas sociales en Rojava cambiaron con la llegada del PKK a Siria. Pero el sector que experimentó la transformación más radical fue el de las mujeres. La llegada del PKK marcó el inicio del activismo político de las mujeres en Rojava. Estaban haciendo trabajo clandestino para la organización, pero también miles de mujeres de Rojava se unieron al PKK en ese momento y muchas asumieron posiciones de liderazgo en el PKK durante décadas.

Hay una tendencia en el reciente compromiso periodístico, académico e incluso izquierdista-activista con Rojava de tratar al YPJ como un fenómeno que no tiene nada que ver con la ideología del PKK, eso no podría estar más lejos de la verdad. El hecho de que las mujeres hayan liberado tantas regiones de los violadores de ISIS es un resultado directo del legado del PKK.

También en el PKK había que conducir una inmensa lucha por la liberación de las mujeres. Dentro de las guerrillas también hubo lucha de clases. Por lo pronto, especialmente con el apoyo de Öcalan, las mujeres se dieron cuenta que para liberar su emancipación de la mirada masculina necesitan organizarse de manera autónoma y separada y fortalecer primero su solidaridad interna. Así, se formó el primer ejército de mujeres, luego un partido, y luego se formaron estructuras políticas y sociales enteras. Todo esto fue acompañado por inmensas luchas de mujeres en las cárceles, en las calles y en las montañas. Hoy vemos que estos ideales guerrilleros se extienden desde las montañas hasta las comunidades de las ciudades y pueblos del Kurdistán.

Las mujeres no son meros participantes en la revolución de Rojava, sino que son de hecho pioneras y garantes de la libertad. Ponen el tono de las políticas, vetan las decisiones mal tomadas, forman sus estructuras autónomas y crean sus propios mecanismos de autodefensa y toma de decisiones. Han creado un ambiente político en Rojava que establece que la violencia contra las mujeres, la misoginia y las actitudes patriarcales ya no serán toleradas como norma. Esto afecta cada vez más a la sociedad en su conjunto. Ninguna revolución puede tener éxito sin un cambio fundamental en la mentalidad, fuera de la jerarquía y la dominación, en favor de la libertad. La constitución de la civilización jerárquica más antigua, arraigada, anudada  y consagrada hoy en día es la dominación masculina. Subvertir este legado requiere no sólo un inmenso esfuerzo mental y las instituciones políticas y sociales necesarias, sino también la autodefensa.

A diferencia de los feminismos liberales occidentales, el movimiento de mujeres kurdas no sólo busca la representación, el reconocimiento y los derechos. La lucha en la que estamos comprometidos no es estar satisfechos con las reformas burocráticas, los cambios cosméticos en las leyes y las ilusiones sobre la igualdad de oportunidades. Este modelo ha sido impuesto por el sistema internacional MUjeres-del-Kurdistán-e1490197256450-820x410conformista del Estado-nación y sus instituciones y no hace otra cosa que des-radicalizar las luchas y los frentes de resistencia. Si todas las premisas, los pilares, los marcos, los referentes, las operaciones y los mecanismos del orden mundial dependen de la esclavitud de las mujeres, la cuestión va más allá de cualquier solución parcial que el liberalismo pueda ofrecer. El feminismo liberal, o como algunos lo llaman “feminismo corporativo”, es un intento apurado de encadenar la rabia de las mujeres, que se enfrentan a una cultura internacional de violación organizada, violencia, humillación y hostigamiento. Es racista y clasista por naturaleza, y refuerza aún más los diferentes sistemas de violencia estructural. Nuestro objetivo no es la igualdad de género, sino la destrucción del patriarcado.

Al mismo tiempo, los feminismos radicales a menudo no se conectan con los problemas de la comunidad y se mantienen marginados. A pesar de sus intenciones a menudo honestas y genuinas y sus medios militantes, o se alienan a la sociedad actuando con métodos que operan en distinta sintonía a la de las realidades sociales, o buscan opciones de libertad muy individualistas.

Muchos movimientos feministas culturalmente arraigados a menudo han tenido que comprometer la lucha de las mujeres en aras de una llamada causa “más amplia”, como la liberación nacional o el anticolonialismo. A pesar de estar profundamente arraigados en la comunidad, a menudo estos movimientos fueron despojados de sus elementos radicales en aras de lo que se percibe como liberación “general”, bajo el cartel “nuestra sociedad no está lista todavía”.

El movimiento de mujeres kurdas toma todas estas experiencias como lecciones y considera todas las luchas de las mujeres como su herencia. Es radical, es militante. Pero también está lleno de amor y compasión. Es muy realista y apegado a la comunidad, de la que deriva su legitimidad. Pero también implementa sus utopías en el aquí y ahora, en lugar de proyectar ideales en un futuro que nunca llegará. El movimiento de la libertad ha cambiado el lugar de las mujeres, del hogar a todas las esferas de la vida. No creemos en derrocar el sistema dándolo vuelta de un día para el otro. Ante todo, la sociedad debe pasar por una revolución mental fundamental que dé el tono a la revolución social.

¿Cómo se puede esperar que un trabajador, condicionado por la fábrica, rompa con las paredes mentales que el atroz lugar de trabajo les impone? ¿Cómo se puede esperar que una mujer sea pionera en la sociedad, si su valor se ha medido por su sexualidad y capacidades reproductivas y por un concepto pervertido de honor durante toda su vida? La educación, la alfabetización política, la acción directa, son los remedios para establecer una cultura democrática y empoderadora y un clima social que reactivará las células madre de la sociedad y su núcleo creativo comunalístico, ético, amante de la libertad.

Es por eso que nuestro movimiento es tan colorido y atrae a millones de mujeres en Kurdistán y más allá. De todo el mundo, las mujeres han ido al Kurdistán para buscar la perspectiva y aprender. Nuestro movimiento, aunque tiene principios fuertes, tiene un lugar para todos y da poder a un amplio espectro de la sociedad sin perder su núcleo radical. No creemos en la teoría feminista abstracta elitista si no puede tocar la vida de una mujer rural. Tampoco creemos en enfoques tan apolíticos y cuidadosos que terminan por no lograr nada. No queremos caer en las trampas de reforzar conceptos masculinos de liberación, sino establecer nuestros propios términos. Para eso, le damos a todos las herramientas para amplificar sus propias voces y pensamientos. Esto sucede mejor con las mujeres que forman sus estructuras autónomas y separadas en forma de comunas, concejos, cooperativas, academias, centros y, si es necesario, unidades de defensa. Confiamos en nuestro propio poder en lugar de confiar en el buen corazón de los hombres o de los gobiernos en una sociedad patriarcal-capitalista-estatista.

Como jóvenes mujeres kurdas, tenemos la suerte de heredar este legado. Bien se sabe que las mujeres del Kurdistán han provocado levantamientos en las aldeas, huelgas de hambre en las cárceles y rebeliones, fundaron ejércitos guerrilleros y arriesgaron sus vidas por causas políticas, por supuesto, enriquecen nuestra identidad y rompen las cadenas sociales y los tabúes. Al mismo tiempo, establece las normas para la lucha muy alta. Rechazando las nociones patriarcales y atrasadas del “honor”, nuestro movimiento de mujeres redefinió la libertad como honor. Especialmente rodeadas y alimentadas por mujeres independientes, de voluntad fuerte y amantes de la libertad, que dejan sus vidas privadas para luchar por la revolución y la libertad, moldearon nuestra autopercepción y no nos limitan a una visión unidimensional de la feminidad.

-En el Kurdistán hay campamentos de refugiad@s que siguen una lógica diferente con respecto a su función en comparación con los que la Unión Europea construyó recientemente para albergar los flujos de refugiad@s de Oriente Medio. Los campamentos kurdos se basan en las ideas de autonomía y autogestión ¿Quisieras explicar por qué se construyeron estos campamentos y en qué difieren de los de las autoridades de la Unión Europea?

-En el Kurdistán, algunos campamentos de refugiad@s, sobre todo en los últimos años, se han modelado en el ideal de la autonomía democrática.

Particularmente el campo de refugiados de Makhmour en el Kurdistán iraquí ha funcionado como un ejemplo de libro en materia de autonomía democrática. El campamento consiste en decenas de miles de kurd@s cuyos pueblos fueron destruidos por el ejército turco en la década de 1990 y que tuvieron que instalarse en la parte iraquí del Kurdistán. Fue construido colectivamente y l@s habitantes convirtieron el ambiente hostil en un paraíso verde, a pesar de los ataques de todos lados. Un consejo popular y un consejo femenino coordinan los asuntos cotidianos a través de comités. Se ha construido un sistema educativo autónomo, así como un sistema de salud y estructuras económicas. Cuando ISIS atacó Makhmour en 2014, la gente pudo defenderse y evacuar el campamento, debido a su experiencia con la autoorganización y su cultura política. Antes de la revolución de Rojava, nuestras primeras experiencias con nuestro nuevo sistema fue este campo de refugiad@s. Experiencias similares ahora surgen en otros campamentos de refugiad@s en Kurdistán que se tocan con las ideas de autonomía democrática. Las y los kurdos yezidíes de Shengal, después de experimentar la más brutal masacre de ISIS en 2014, llevando a la esclavitud sexual a miles de mujeres, hoy organizan de nuevo su sociedad. Crearon consejos populares y consejos de mujeres y practicaron la autodeterminación por primera vez en su historia, después de todo el trauma, el asesinato y la violencia. Esto es lo opuesto al enfoque liberal, humanitario y apolítico de los modelos gubernamentales europeos de lidiar con la crisis de l@s refugiad@s.

La diferencia fundamental de los campos de refugiad@s autónom@s en el Kurdistán, es que se organizan según los principios de la autonomía democrática; los campamentos bajo supervisión del orden internacional tienen su actitud hacia el Estado-nación y el poder. Para existir, ser conscientes de las razones por las que uno se ha convertido en un refugiado requiere conciencia política y acción directa. No se puede entregar la voluntad y la vida al Estado, que es la raíz del desplazamiento y la guerra. El empoderamiento de los refugiados no funciona al pacificarlos o tratar de asimilarlos o integrarlos en sistemas de dominación.

Hay un esfuerzo concertado para des-politizar la identidad de los refugiados, que está cargada de política. Se espera que las personas refugiadas sean agradables, agradecidas, dulces y sumisas a las expectativas del país anfitrión. Pero las y los refugiados no son apolític@s, páginas en blanco que vienen a otro país para comenzar una nueva vida, dejando todo atrás. La identidad del refugiado es algo que te sigue para siempre, está muy cargada, es fundamentalmente política. Está llena de contradicciones, de realidades feas y de traumas.

Es completamente inútil decirle a una persona refugiada que son bienvenid@s y propagar que el mundo sería un lugar mejor si tod@s nos amamos y nos abrazamos. Las imágenes que vemos en los medios de comunicación acerca de los “buenos refugiados”, que sostienen letreros “agradeciendo” a Europa, etc. son ejemplos típicos de la narrativa dominante tratando de apaciguar el racismo en el país y despolitizando la naturaleza inherentemente política de la crisis.

Las personas que quieren apoyar a l@s refugiad@s deben aceptar su autonomía, su derecho a existir y afirmarse y su derecho sagrado a ser seres políticos con sus propios objetivos. Esto no significa esperar que l@s refugiad@s se asimilen a la cultura dominante de Europa con sus pretensiones pseudo-democráticas y liberales, cuando son las armas europeas en manos de aliados europeos y alianzas militares las que bombardean las patrias de las personas que se convierten en refugiadas. Apoyar a l@s refugiad@s significa ser su camarada, mirar las raíces que llevan a la gente a desplazarse. Significa aceptar la responsabilidad occidental por la miseria de estas personas y exponerla.

Nadie debería tener ninguna ilusión, dado el hecho de que los mismos gobiernos de la Unión Europea que producen armas pesadas para venderlas a regímenes despóticos y cuyas políticas contribuyeron al caos en lugares como el Medio Oriente, son directamente responsables de miles de refugiados ahogados en el Mar Mediterráneo. Como una persona que se convirtió en refugiada siendo niña, que es el caso de la gran mayoría de mi comunidad, es frustrante ver la hipocresía de la gente gritando “Bienvenidos los refugiados” y tratando de reducir cualquier compromiso político de esa declaración, como si las causas de la crisis de las refugiadas no fueran políticas. En los años 90, los tanques y las armas alemanas estaban destruyendo el Kurdistán en nombre del Estado-nación turco. ¿Cuál es la diferencia hoy en día?

La ayuda a las y los refugiados es una tarea revolucionaria e internacionalista que comienza cuestionando fundamentalmente el Estado, el capitalismo, el comercio mundial de armas y los sistemas de poder que permiten todas estas guerras. Es importante que las personas refugiadas se sientan bienvenidas, pero la abolición de las causas que las llevaron a convertirse en refugiadas es el último paso hacia la justicia.

Es por eso que debemos asegurarnos de movilizar el potencial radical que está en la identidad de la persona refugiada. Pero esto debe suceder orgánicamente. Las estructuras de autonomía democrática que el movimiento de liberación kurdo ha creado en Europa (por ejemplo centros sociales, consejos populares, consejos de mujeres, movimiento de jóvenes, etc.), fueron en parte establecidas por antigu@s refugiad@s, en estructuras paralelas a los estados en los que viven.

-En las últimas elecciones generales turcas, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) obtuvo el13%, convirtiéndose en el tercer grupo parlamentario. ¿Crees que los medios parlamentarios que utiliza pueden hacer avanzar sustancialmente los intereses de l@s kurd@s de Turquía? ¿Qué opina de sus propuestas para una descentralización radical de los Poderes de Ankara a las asambleas regionales?

-Debes entender que las y los kurdos en Turquía nunca se basaron en los parlamentos y la política partidaria solamente. El abordaje hacia el Estado del movimiento de liberación kurdo es un caso de “negociación y lucha”. Esto significa que una necesita crear y expresar su propia existencia construyendo sus estructuras autónomas sin depender del Estado, pero no puede simplemente fingir que el Estado no existe.

Por lo tanto, la cuestión no es si las conquistas parlamentarias producirán cambios. Eso no lo hará. Muchos casos lo ilustran. La cuestión es, mientras exista el Estado, qué tipo de otros centros de resistencia se pueden organizar y qué tipo de mecanismos de autodefensa hay para protegerse de los ataques de los poderes políticos.

Por un lado, la política parlamentaria puede servir para un propósito fuerte. El acto mismo de llevar a l@s alevi y yezidíes kurd@s, armeni@s, asiri@s, izquierdistas musulmanes turc@s, mujeres y hombres, a este parlamento, que niega todas estas identidades, es una declaración política histórica. En un parlamento con una constitución que afirma que cada ciudadano de este país es un turco, el HDP representa a l@s “otr@s” del país.

Pero por otro lado, los mismos kurdos y kurdas que votaron por el HDP hoy han construido barricadas y excavado trincheras contra el Estado. La gente votó en un ambiente de intimidación, hostigamiento y muerte por parte del Estado. Nadie se hacía ilusiones sobre las intenciones del Estado, especialmente después de las primeras elecciones de junio. Basaron su fe en su propio poder y organización.

Se pueden aprender muchas cosas de las experiencias de la política legal-oficial radical o izquierdista durante los últimos años, especialmente con el aumento de las guerras, la austeridad y el racismo en diferentes partes del mundo. La política oficial o estatista en forma de elecciones y política partidista ciertamente tiene valor de movilización y puede plantear amenazas limitadas al sistema usando sus propios medios. Sin embargo, debemos pensar en términos de “centros de resistencia”, donde cada persona tiene un papel que desempeñar y encarna una parte diferente en la lucha -la identidad es parte de esto (mujeres, trabajadores, minorías, estudiantes, jóvenes, etc.). Y cada lugar y método es un área de lucha.

Las elecciones son uno (y obviamente, entre los menos radicales), pero la calle, la universidad, la trinchera/barricada, la familia, el lugar de trabajo, etc… son también áreas de lucha, derivando su legitimidad de diferentes fuentes y exigiendo diferentes métodos y enfoques. Cada área de lucha necesita su autodefensa no sólo contra el sistema, sino también contra otras áreas de lucha.

Así que en ese sentido, los métodos de lucha no tienen que contradecirse unos a otros. Van de la mano. Contradicciones y conflictos dentro de las luchas pueden realmente proporcionarles más caracteres democráticos internamente. Pero lo que es perjudicial para una lucha es la dependencia de un solo área de lucha (por ejemplo sólo las elecciones, o sólo la identidad, o sólo la violencia, etc.). Así, si un movimiento puede establecer una relación dialéctica entre muchos sitios, puede ser más exitoso en la búsqueda de soluciones a los problemas sociales. En el centro de los movimientos debe estar el enfoque en la creación de soluciones mediante la construcción de alternativas al statu quo. Si uno sólo define una alternativa política en forma de “anti” algo, siempre permanecerá en la posición pasiva y reaccionaria. Eso que uno lucha “por” debe tomar el centro de la etapa.

Según lo previsto por el movimiento de liberación kurdo, el Estado no puede ser abolido de un día para otro. Por lo tanto, el método correcto no puede ser ignorar completamente la existencia del Estado negándose a reconocerlo. Esto podría funcionar para las elecciones de vida individuales o pequeñas autonomías. Pero esto no puede liberar a una población de millones de personas. Porque cuando hablamos del Estado, no nos referimos sólo a un Estado específico con un gobierno específico en un momento y espacio específicos. El Estado es una institución milenaria, que ha manifestado su hegemonía en economía, ciencia, ideología, religión, cultura, artes y medios de comunicación. Es una mentalidad. La superación de tal mentalidad significa crear un sistema que puede realmente ser una alternativa a él. Confiar en la política estatista sin alternativas revolucionarias significa caer en la trágica trampa del reformismo. Rechazar el sistema sin darse cuenta de una alternativa factible significa llegar a ser marginal y débil. Así, mientras el Estado está allí, es necesario adaptarse a las condiciones existentes y recrearse constantemente para minimizar la influencia del Estado en la vida cotidiana diariamente, sin perder de vista el objetivo supremo de desmantelar el Estado por completo.

Y esta es la razón por la cual la descentralización es tan crucial, incluso si es difícil de lograr en circunstancias como es bajo el gobierno autoritario y fascista de Erdogan en Turquía. En la era posterior al golpe de julio de 2016, hemos visto una represión brutal, no a los golpistas, sino a lo que quedaba de la sociedad civil de Turquía. Periodistas, activistas de derechos humanos, abogad@s, maestr@s, organizadores comunitarios, artistas, sindicatos -nadie se libra de la purga. Este tipo de incursión habría sido imposible sin la guerra de un año que precedió al golpe, en la cual el ejército turco destruyó completamente ciudades enteras en Kurdistán y asesinó a cientos de civiles. El Estado ataca a regiones como Diyarbakir (Amed) Sur, Cizre, Silopi, Nusaybin, Yüksekova, etc., sobre todo porque se trata de áreas donde el HDP recibió más del 90% de los votos y donde el proyecto de autonomía democrática se había desarrollado fructíferamente en las comunas, cooperativas, academias alternativas, proyectos ecológicos, escuelas, trabajo deportivo y artístico, consejos populares y un inmenso y autónomo movimiento de mujeres. Antes de la revolución de Rojava, el sistema de Confederalismo Democrático fue implementado en Bakur (Kurdistán del norte).

Tengamos en cuenta que el Estado turco está mucho más preocupado por erradicar estos sitios de autogestión del pueblo que por intentar deshacerse del mecanismo golpista que ha prevalecido en las estructuras estatales durante décadas. La única oposición verdadera y poderosa al Estado actualmente es la izquierda que gravita alrededor del movimiento de liberación kurdo. Es por eso que los tres partidos principales pueden aliarse contra el HDP, incluso si algunos de ellos son afectados por las propias medidas de represión. Lo que todos ellos tienen en común es el deseo de preservar el sistema del Estado-nación turco que se basa en la negación y rechazo del “otro” a través de la masacre, el genocidio y la asimilación.

Por lo tanto, está claro que la verdadera amenaza para las autoridades es la comunidad organizada, políticamente consciente y activa y sus estructuras autónomas. No se debe esperar que el Estado otorgue autonomías y derechos locales, ya que éstas serían simplemente reformas que mantienen el sistema en última instancia. Se necesita tomarlo a través de la acción colectiva a través de la autosuficiencia y la autodefensa. Y ahora que tant@s miembros de la HDP, incluyendo l@s copresidentes y vari@s diputad@s, están en la cárcel, la gente recurre a medios alternativos, más radicales de política y acción, más allá del voto.

-¿Crees que Abdullah Öcalan debería ser puesto en libertad?

-Por supuesto. No sólo la captura de Abdullah Öcalan como resultado de una conspiración internacional, liderada por un grupo de estados colaboradores y sus servicios secretos, su proceso y las condiciones actuales también violan fundamentalmente las normas internacionales de derechos humanos. Ha permanecido en régimen de aislamiento durante más de 18 años y fue el único prisionero en la isla de la prisión de Imrali, vigilado por mil soldados, durante más de una década. No ha conocido a sus abogad@s por más de cinco años. Durante más de un año y medio, hasta hace poco tiempo, a ningún miembro de la familia se le permitía verlo. Millones de kurd@s han dejado en claro en varias ocasiones que consideran a Öcalan como su representante en las conversaciones de paz con el Estado turco. Anunció varios ceses al fuego y elaboró ​​una extensa hoja de ruta para la paz en Turquía y el Kurdistán del Norte, para una solución justa en la que los pueblos de esta geografía pueden mirarse a los ojos otra vez después de todo el dolor. Al marginar la voz de Öcalan, al no permitirle ver a su familia, abogados y delegaciones políticas, el Estado está poniendo un embargo a una solución pacífica. Las intenciones de Öcalan son claras, ha escrito miles de páginas sobre sus pensamientos sobre la paz y la justicia en este conflicto, pero es el Estado quien sigue saboteando una vida digna. El sistema no tiene ningún problema con una entidad estatal similar a un colaboracionista kurdo, pero un Kurdistán libre democrático, que es un antídoto contra el Estado-nación, es brutalmente atacado. En la persona de Öcalan, la identidad del pueblo kurdo libre y su voluntad democrática está siendo mantenida como rehén.

Pero Öcalan no sólo es un líder político, sino también un pensador, que logró popularizar causas radicales e inusuales como la ecología y el feminismo entre millones de personas oprimidas. Hoy en día, se pueden encontrar turc@s, árabes, persas, armeni@s y personas de todo el mundo que encuentran inspiración en sus ideas y aprecian profundamente su liderazgo. Especialmente para las mujeres kurdas, Öcalan ha sido el compañero más fiable. El hecho de que el movimiento de mujeres kurdas sea una de las fuerzas más organizadas de la liberación de las mujeres en el mundo hoy en día, debe mucho al completo apoyo de Öcalan a la rabia, la ira y el levantamiento de las mujeres.

Kobane, el bastión de la resistencia contra el fascismo ISIS, fue liberado con el lema “Bijî Serok Apo!” (“Larga vida líder Apo” –apodo de Öcalan). Su liderazgo, especialmente después del cambio de paradigma, creó una comunidad entera de millones de líderes. Por eso hoy, el movimiento de liberación kurdo que se organiza alrededor de sus ideas forma una fuerza revolucionaria radical en el Medio Oriente y está dispuesto a luchar, sin importar lo que necesite para una región que pueda devolverle la sonrisa a las mujeres.

Para iniciar el renacimiento de Oriente Medio, para sentar los fundamentos de una vida libre basada en la solidaridad y la amistad de todas las comunidades, ¡para que las mujeres de nuestra región vuelvan a ocupar el lugar que le corresponde en la historia, Abdullah Öcalan debe ser libre!