Miembros del movimiento popular de Honduras convertían este viernes en una protesta social de gran magnitud el funeral de la dirigente indígena Berta Cáceres, asesinada por sicarios el jueves, no por casualidad Día Mundial de la Naturaleza y víspera del cumpleaños de Berta.Fuentes: COPINH, Desinformémonos y eldiario.es
En La Esperanza, ciudad hondureña donde nació hace 45 años, Berta Cáceres fue despedida el día de ayer con un multitudinario funeral.
En un impresionante funeral, miles de personas acompañaron el cuerpo de Berta Cáceres y a sus familiares en el último adiós que se brindó a una de las ambientalistas más destacadas de Honduras.
Organizaciones de Derechos Humanos nacionales e internacionales, pobladores y compañeros de lucha, rindieron homenaje a la valiente defensora del pueblo Lenca y el medio ambiente.
Miles de personas que desbordaron las calles, acompañaron el cuerpo de Berta y a sus hijos, Olivia, Berta, Laura y Salvador, desde la casa de María Austra Flores, madre de Berta, hasta la ermita La Gruta, donde se realizó un acto ecológico, cultural y espiritual. Una hora después, el blanco ataúd con el cuerpo de Berta y los miles de acompañantes, llegaron al gimnasio de la ciudad para realizar una misa de cuerpo presente. Finalmente, el cuerpo de Berta Cáceres fue sepultado en el cementerio municipal.
“Quiero pedir que se haga justicia y que este horrendo crimen no quede en la impunidad”, dijo la madre de Berta Cáceres en una rueda de prensa, acompañada por sus cuatro nietos. Los hijos de Berta consideran que el asesinato de su madre es un crimen político y apuntaron que ella es fuente de inspiración para continuar con la defensa de los recursos naturales y del pueblo lenca.
Los cuatro hijos responsabilizan del crimen a la empresa Desa-Synohydro, de capital hondureño y chino, que pretende desarrollar el proyecto hidroeléctrico “Agua Zarca” en el departamento de Intibucá del país hondureño. También responsabilizan al Estado de Honduras, por haber obstaculizado la protección de su madre y propiciar su persecución, criminalización y asesinato protegiendo los intereses de la empresa mencionada.
Además solicitaron un acuerdo estatal para que investigadores internacionales acompañen la investigación sobre el asesinato de su madre.
Las protestas no se hicieron esperar cuando las miles de personas se volcaron a las calles para acompañar el féretro de Berta. Reclamaron al gobierno hondureño no haber resguardado la integridad de la defensora del medio ambiente y del pueblo lenca, ya que estaba bajo la protección solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Honduras: Comunicado de las hijas y hijo y madre de Berta Caceres





Honduras impide la salida del testigo mexicano del asesinato de Berta Cáceres
La familia de Gustavo Castro hace un llamamiento a la movilización internacional a favor del activista, actualmente acogido en la embajada de México en Tegucigalpa
La esposa del testigo, una canaria dirigente de Otros Mundos Chiapas, teme por la vida de su esposo y pide a las autoridades hondureñas que lo dejen salir del país.
Las autoridades de Honduras impidieron este domingo “de forma extraña” la salida del país del activista mexicano Gustavo Castro, testigo principal del asesinato de la dirigente ambientalista hondureña Berta Cáceres, suceso en el que también resultó herido. La familia española de Castro, casado con una tinerfeña que ha pedido preservar su identidad por motivos de seguridad, así como las organizaciones no gubernamentales de las que el matrimonio forma parte, han iniciado este domingo una campaña de llamamiento internacional para que el Gobierno de Honduras autorice su salida del país.
Gustavo Castro ha tenido que ser protegido por la Embajada de México en Tegucigalpa, en cuyas dependencias se encuentra después de que las autoridades hondureñas impidieran este domingo su salida del país. La embajadora mexicana, Dolores Jiménez, que lo acompañó al aeropuerto, se vio obligada a ocuparse personalmente de la protección de su compatriota al detectar que por parte de la fiscalía hondureña se pretendía “una extraña detención” de Castro, según ha relatado a este periódico desde Chiapas su esposa, una tinerfeña que comparte con él tareas de dirección en el movimiento ambientalista y de defensa de los derechos de los indígenas.
Gustavo Castro “estuvo declarando tres días voluntariamente y cuando pretendía regresar a México lo detuvieron en el aeropuerto para más declaraciones cuando se disponía a pasar el puente de migración”, aseguró su esposa. Ella y otros dirigentes de organizaciones ambientalistas y de derechos humanos comenzaron de inmediato una campaña de concienciación internacional para pedir la salida del activista mexicano de Honduras.
Familiares de Castro en España se han dirigido telefónicamente a la Casa Real española, donde por toda respuesta les indicaron que enviaran una carta por correo postal.
A juicio de la activista tinerfeña, peligra la integridad física de su esposo, con el que tiene dos hijos.
Gustavo Castro, integrante de la Organización Otros Mundos Chiapas/Amigos de La Tierra México, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) y el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4), logró sobrevivir al ataque asesino en el que pereció Berta Cáceres, aunque resultó herido en una mano y en una oreja. Algunas fuentes apuntan a que fingió haber fallecido para que los agresores no le dispararan más. Se encontraba en casa de la dirigente asesinada porque había acudido hasta allí para impartir algunas charlas relacionadas con su actividad de defensa del medio ambiente y de los derechos de los pueblos indígenas
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