Honduras vivió una jornada de levantamiento popular por segunda vez en quince días, cuando el FNRP convocó a un Paro Cívico Nacional para presionar por una serie de demandas que incluyen entre otros, el rechazo a los planes de privatización de la educación y la salud, que se permita el retorno seguro del Coordinador General del FNRP, que se libere a los presos y presas políticos, y que se reviertan los despidos y suspensiones de maestros que han participado en manifestaciones.
Las acciones comenzaron desde tempranas horas de la mañana en varios puntos del país e incluyeron tomas de carreteras, plantones, movilizaciones y ocupación de instituciones públicas.
El Plan de Actividades elaborado por la Coordinación Nacional del FNRP en su reunión del 3 de abril pasado, fue acatado por los Frentes Departamentales, que al igual que en el Paro Cívico del 30 de marzo sobre cumplieron la cantidad de Acciones Principales y Secundarias previstas.
La Comisión de Comunicaciones del FNRP informó que en total fueron 11 tomas de carreteras principales o calles de cabeceras departamentales y 8 movilizaciones con afluencia masiva de personas. Esto sin contar otras manifestaciones más pequeñas así como cientos las tomas de instituciones educativas que están paralizadas por los estudiantes o los maestros en rechazo a los esquiroles que está tratando de imponer el régimen para reemplazar maestros y maestras que han estado luchando por la defensa de la educación pública.
Las acciones de protesta convocadas por el FNRP están levantando sectores sociales que antes no solían movilizarse. Un ejemplo claro fue la inesperada toma de la Carretera que lleva hacia el Sur del país desde Tegucigalpa, organizada por la Coordinación Departamental del FNRP en Francisco Morazán y realizada con el esfuerzo conjunto de los municipios de Santa Ana, Ojojona, San Buenaventura y aldeas de Tegucigalpa como Santa Rosa y Yaguacire.
Otro sector que se suma a este paro es el de los taxistas y otros transportistas que realizaron protestas en varias partes del país para exigir que se detenga el alza a los combustibles.
Destaca también el dinamismo de departamentos como Olancho en los que crece la movilización y la integración de los gremios y otros actores políticos. Pero que también han tenido que sufrir la peor represión del día.
Olancho, departamento natal del titular del régimen de facto, es el ejemplo de la forma en que Lobo contesta a las demandas del pueblo. Allí la represión fue brutal.
El desalojo de la toma en una de las salidas de Juticalpa, incluyó el uso de armas de fuego, la persecución indiscriminada de manifestantes y golpizas salvajes contra los militantes de la Resistencia.
Los detenidos fueron más de 40 incluyendo al propio Coordinador Departamental, Salvador Arnodo. En horas de tarde todos y todas fueron liberados como producto de la denuncia ejercida por COFADEH y otros organismos de derechos humanos a nivel nacional e internacional.
Escenas de barbarie como las vividas en Olancho, se repitieron en San Pedro Sula, donde todavía se encuentran detenidas 4 personas a quienes se está amenazando de ser trasladadas a la penitenciaría central, y donde se reporta el caso de un niño de 10 años con una herida en la cabeza como resultado del impacto directo de una bomba lacrimógena lanzada por la policía.
A pesar de la violencia desmedida de policías y militares contra manifestaciones pacíficas y la amenaza de represalias laborales, las expresiones de descontento de la población van en aumento. En Tegucigalpa, por ejemplo, los puntos asignados al Bloque Popular y a los Frentes Estudiantiles y organizaciones juveniles, crecieron en número de asistentes con respecto al paro cívico anterior.
En el caso de los estudiantes es particularmente importante, pues ya se vive el renacimiento de un movimiento beligerante, integrado a una agenda de transformaciones estructurales y bien articulado al FRNP.
Noticias relacionadas